Some years ago there was a movie called “Shadowlands,” the story of the writer C.S. Lewis. Lewis, played by Anthony Hopkins, has trouble seeing suffering as part of the human condition. There is one scene especially that connects with this holy day, this Good Friday.
Lewis is confronted by his wife’s illness. She has accepted her imminent death, and wants to talk about it just when the two are sharing a beautiful afternoon together.
He does not want to ruin this privileged time with such a discussion, but she explains to him: “The pain now is connected with the happiness later; that’s the deal!”
I believe that many of us are at the side of Peter when he says to Jesus, “God forbid, Lord, that any such thing should happen to you.” To fit the Cross into our lives, we have to realize that it is “part of the deal.” To stand at the Cross this day with Christian believers all over the world, we have to see that the pain is “part of the deal.”
Rev. Raymond Collins, C.Ss.R.
Boston, MA
Hoy celebramos el Viernes Santo y recordamos la pasión y la muerte de Jesús. Claro, por un lado la vemos así…como su pasión. Luego de escuchar o leer el relato en el evangelio según San Juan no podemos visualizar a nadie más en ese papel como el hombre traicionado, negado, acusado falsamente, juzgado injustamente, torturado y condenado a una muerte vergonzosa. Sí, es la pasión de Jesús.
Sin embargo, una pregunta surge que es para cada uno de nosotros. Tiene que ver con esa postura final de fe de Jesús. Luego de haber sufrido tanto – golpes, rechazo, dolor, abandono hasta incluso muerte y una muerte de cruz – Jesús pudo seguir creyendo. Por poco, se le fue de la mano con su: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Al final pudo entregarse totalmente a ese mismo Dios: “En tus manos encomiendo mi espíritu.” No se murió maldiciendo su mala suerte, lamentando el aparente colapso de su proyecto, sino creyendo que más allá de ese supuesto momento final de una oscuridad completa había alguien más poderoso y amoroso que todo aquel.
Así, entonces, la pregunta. Cuando venga mi pasión, tu pasión, ¿podré seguir creyendo? No será igual a la pasión de Jesús. Tal vez con unos elementos parecidos. Sea que fuera, vendrá y será mi pasión, tu pasión. Será mi momento, tu momento para seguir creyendo y decir: “En tus manos encomiendo mi espíritu.”
Rev. Mark Wise, C.Ss.R.
Philadelphia, PA