2 Samuel 7:4-5, 12-14, 16; Psalm 89; Romans 4:13, 16-18, 22; Matthew 1:16, 18-21, 24
Today the Church interrupts the somber mood of Lent as she celebrates the solemnity of St. Joseph, spouse of the Blessed Virgin Mary and foster father of Jesus. Although a central figure in the life of the Holy Family, he appears in the Gospels only during the infancy narratives and when Jesus was lost in the Temple.
At the time when “Mary was betrothed to Joseph, but before they lived together, she was found with child through the Holy Spirit” (Matthew 1:18). Suspecting that Mary’s pregnancy had resulted from her being unfaithful, “Joseph, her husband, since he was a righteous man, yet unwilling to expose her to shame, decided to divorce her quietly” (1:19).
In the Scriptures the word righteous designates a person who is conscientious in observing the law as the will of God, which in this case would not allow Joseph to marry a woman who seemingly had been guilty of infidelity. What a quandary he faced as he wrestled with his love for Mary and the demands of the law.
The choice Joseph made tells us something important about him. This righteous man wanted to do what was proper and just without publicly humiliating the woman he loved.
Simply put, righteousness is that virtue by which one does what is right while avoiding doing any harm. Let us pray today that St. Joseph will help us to be people who are righteous—always doing what is right while always avoiding any harm.
Father Gerard Knapp, C.Ss.R.
Brooklyn, N.Y.
19 de marzo, San José
2 Samuel 7:4-5, 12-14, 16; Salmo 89; Romanos 4:13, 16-18, 22; Mateo 1:16, 18-21, 24
Hoy la Iglesia interrumpe el humor solemne de la Cuaresma para celebrar la solemnidad de San José, esposo de la Santísima Virgen María y padre adoptivo de Jesús. Aunque es una figura central en la vida de la Sagrada Familia, aparece en los Evangelios sólo durante las narrativas de la infancia y cuando Jesús se pierde en el Templo.
En el momento en que, “María, su madre, desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo” (Mateo 1:18). Sospechando que el embarazo de María había sido el resultado de su infidelidad, “José, su esposo, como era un hombre justo y no quería exponerla a la vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto” (Mateo 1:19).
En las Escrituras, la palabra justo designa a una persona que es concienzuda en el cumplimiento de la ley por voluntad de Dios. Se enfrentó a un gran dilema al tener que decidirse entre su amor por María y las exigencias de la ley.
La decisión que tomó José nos dice algo importante sobre él. Este hombre justo quería hacer lo correcto sin humillar públicamente a la mujer a la que amaba.
En pocas palabras, la justicia es esa virtud por la cual uno hace lo que es correcto evitando al mismo tiempo hacer cualquier daño. Oremos hoy para que San José nos ayude a ser personas justas—haciendo siempre lo que es correcto y evitando siempre hacer daño.
Padre Gerard Knapp, C.Ss.R.
Brooklyn, N.Y.