Isaiah 65:17-21; Psalm 30; John 4:43-54
The world calls today April Fools’ Day. Some play tricks on others or make jokes, often adding the comment, “April Fools!” As this month goes on, however, we consider, more and more, that the biggest April Fool was our redeemer, Jesus Christ.
He put aside his divinity, as St. Paul tells us, to take on our doomed human nature. Jesus’ whole life, beginning with his birth in a stable, pointed to his agonizing death on the cross.
He would be scourged, crowned with thorns, and nailed to the cross. Christ, our king, was mocked by Roman soldiers, ridiculed by the priests of Israel, and condemned by Pilate, a Roman politician. He knew all of this would take place long before Adam sinned.
As we look ahead from April Fools’ Day, what do we see for ourselves? Will the remaining days of Lent give us a growing awareness of the enormous love that Christ, the fool, showed for us and our fellow sinners?
Will we respond to his sacrificial love by making sacrifices ourselves? Will we imitate Christ by helping and caring for others, even if they do not seem to notice or thank us?
St. Paul called Christ “a fool for our sake.” Will we become fools for others as we come to Good Friday? Maybe we will notice that in April of this year we became fools for Christ’s sake.
Father Joseph Krastel, C.Ss.R.
Annapolis, Md.
1 de abril, lunes de la cuarta semana
Isaías 65:17-21; Salmo 30; Juan 4:43-54
El mundo llama a este día el “día de las bromas de abril” (o día de los inocentes de abril). Algunos gastan bromas a los demás, a menudo añadiendo el comentario “¡Inocente!”. A medida que avanza este mes, sin embargo, consideramos, cada vez más, que el mayor inocente fue nuestro redentor, Jesucristo.
Él dejó de lado su divinidad, como nos dice San Pablo, para asumir nuestra condenada naturaleza humana. La vida entera de Jesús, empezando por su nacimiento en un establo, apuntaba a su muerte agonizante en la cruz.
Fue azotado, coronado con espinas y clavado en la cruz. Cristo, nuestro rey, fue humillado por los soldados romanos, ridiculizado por los sacerdotes de Israel y condenado por Pilato, un político romano. Él sabía que todo esto ocurriría mucho antes de que Adán pecara.
Mirando hacia el futuro desde el día de las bromas de abril, ¿qué es lo que vemos para nosotros mismos? ¿Nos darán los días restantes de Cuaresma un mayor entendimiento del enorme amor que Cristo demostró por nosotros y por nuestros iguales pecadores?
¿Responderemos a su amor haciendo sacrificios nosotros mismos? ¿Imitaremos a Cristo ayudando y cuidando a los demás, incluso si no parecen darse cuenta o no nos lo agradecen?
San Pablo llamó a Cristo “un tonto por nuestro bien”. ¿Nos convertiremos nosotros en tontos para los demás al acercarse el Viernes Santo? Quizás este abril notemos que nos estamos convirtiendo en tontos por el amor de Cristo.
Padre Joseph Krastel, C.Ss.R.
Annapolis, Md.