Exodus 32:7-14; Psalm 106; John 5:31-47
“The Lord said to Moses, ‘I have seen this people, and behold, it is a stiff-necked people’” (Exodus 32:9).
The term stiff-necked was entirely familiar to the people, for whom the ox was the most common domestic animal, frequently used for plowing. The plow was usually drawn by two oxen. As the plowman guided the plow, he carried a goad in one hand. With it he would prod the oxen’s hind legs to increase their speed or prod their necks to turn them. If an ox was hard to control or stubborn, it was called stiff-necked.
The figure is used in Scripture to express the stubborn, intractable spirit of a people who weren’t responsive to God’s guiding hand. And it wasn’t a compliment.
What are some characteristics of stiff-necked people?
This Lent we can ask Our Lord to break down the stiff-necked spirit within us: to soften us, cleanse us, renew us, and make us ready to hear his Word.
This Lent it’s time to check our neck.
With thanks to Dr. Ray Pritchard
Father Gerard H. Chylko, C.Ss.R.
Philadelphia
4 de abril, jueves de la cuarta semana
Éxodo 32:7-14; Salmo 106; Juan 5:31-47
“Entonces Dios le dijo a Moisés, ‘Los he estado observando, y me he dado cuenta de que son muy tercos’” (Éxodo 32:9).
El término terco fue completamente entendido por las personas, para las cuales el buey era el animal doméstico más común, frecuentemente usado para arar. El arado era normalmente realizado con dos bueyes. Mientras el arador guiado el arado, él cargaba un aguijón en una mano; con él pinchaba la parte trasera de las patas de los bueyes para incrementar su velocidad o sus cuellos se torcían. Si el buey era difícil de controlar, se le llamaba terco.
Su figura era usada en las Escrituras para expresar la terquedad, espíritus intratables de personas que no eran responsivos a la mano guiadora de Dios. Y no era un cumplido.
¿Cuáles son las características de las personas tercas?
En esta cuaresma, nosotros le pedimos a Nuestro Dios que derribe los espíritus de los tercos en nosotros: para suavizarnos, limpiarnos, renovarnos y alistarnos para escuchar Su Palabra.
En esta Cuaresma, es hora de abandonar la terquedad.
Con agradecimientos para el Dr. Ray Pritchard
Padre Gerard H. Chylko, C.Ss.R.
Philadelphia