Isaiah 52:13–53:12; Psalm 31; Hebrews 4:14-16, 5:7-9; John 18:1–19:42
Pope St. John Paul II once described God’s mercy as “love more powerful than betrayal” and “grace stronger than sin.” The passion of Jesus Christ is precisely a story of God’s powerful love and grace.
In St. John’s passion we hear of the betrayal of Jesus by both Judas and Peter. We witness the cowardice of Pilate and the hatred of the chief priests, the guards, and the crowds who call for Jesus’ death. But Jesus is courageous and strong throughout his passion.
St. John’s account differs from those of Matthew, Mark, and Luke in that Jesus is not so much the victim as the one who has arrived at his moment of glory and faces it head on. St. John’s Gospel presents many signs and miracles that point to who Jesus really is, the love of God in the flesh. Nowhere do we see more profoundly and poignantly God’s love, stronger than betrayal, and grace, stronger than sin, than in the person of Jesus Christ on this day.
That same love is for us. Today and every day, wherever we are, whatever joys or sorrows are ours, Jesus’ love is there for us.
Father Kevin O’Neil, C.Ss.R.
Long Branch, N.J.
19 de abril, viernes Santo
Isaías 52:13–53:12; Salmo 31; Hebreos 4:14-16; 5:7-9; Juan 18:1–19:42
Hoy hace muchos años, Dios nos dio la muestra de amor más grande en la tierra. Nos entregó a su propio Hijo para que asumiera nuestras culpas con su pasión y crucifixión. El plan que Dios le propuso esta cumplido.
Este día es dolor y la sensación de lo que significa estar sin Dios. Todo se reciente, todo se ve sin vida, y es un día donde se debe experimentar la verdadera necesidad de Dios. La vida, pasión, crucifixión, muerte, y resurrección son el camino que necesitamos llegar a entender, lo que significa dar la vida por amor a Dios.
Algo que Jesús nos enseña en este día es lo duro de la soledad, el abandono, la traición, y muchos otros momentos que Jesús vivió y nos mostró lo que vamos a tener que vivir en algún momento de nuestras vidas. La muestra más feroz de como el hombre rechaza el bien, como despreciamos a Dios por nada, es la parte donde el pecado nos hace ciegos y sordos para ver en verdad las cosas de Dios.
Hoy Jesús nos entrega su Espíritu, Dios nos regala a través de un acto de amor, la salvación para el género humano. Todo está cumplido por Dios. Le queda a cada uno hacer su parte o tarea. .
Padre Uriel Useda, C.Ss.R.
Valle del Guamuez, Putumayo, Colombia